Erik ha crecido acostumbrado a ser el segundo en todo. La situación en la que se encuentra su primo, que vive postrado en una cama a raíz de un accidente, le ha hecho madurar antes de tiempo. En un entorno familiar teñido de tragedia, ¿pueden dos jóvenes vivir y disfrutar una adolescencia plena?
Como si fuera un Ícaro redivivo, la vida de Erik esconde un profundo paralelismo con el personaje mitológico: el ansia de volar impulsado por su padre, las visiones recurrentes de un extraño laberinto y un monstruo que sigue sus pasos de cerca y al que se niega a mirar de frente.
Desórdenes de salud mental como el de esta historia están sucediendo ahora mismo, y tú puedes ayudar a visibilizarlos.